Dynabook es una compañía pragmática, y tal y como ya he visto en anteriores modelos, cuando produce ordenadores destinados al ámbito corporativo no busca ofrecer una experiencia más allá de lo necesario en un momento tan prescindible como el desembalaje de la máquina, a diferencia de la experiencia de unboxing que espera el consumidor final y en la cual, por ejemplo, Apple demuestra excelencia.

Así que el Tecra A40-J-17L llega dentro de una caja de cartón del típico color marrón, dentro de una bolsa de plástico, y fijado mediante dos piezas de un material plástico similar en aspecto al porexpán, con el adaptador de corriente y el cable de carga en sendas bolsitas separadas, y dentro de un apartado separado también por una pieza de cartón. Acompañándolo, también encontramos una breve guía de inicio rápido en papel, que nos detalla los puertos y principales funcionalidades del ordenador, así como las instrucciones de carga, y un documento con las instrucciones de seguridad y la garantía.

Diseño
Sigue las líneas maestras de la firma, heredadas de años de experiencia de Toshiba, y que se pueden resumir en simplicidad y elegancia. Desde luego, es un equipo que no llama la atención, pero lo que a algún usuario particular puede parecerle aburrido, en realidad es una ventaja, porque le permite integrarse estéticamente en cualquier entorno y con cualquier decoración gracias a su minimalismo estético. En su parte inferior (la`panza´) encontramos dos tiras de goma, que se extienden prácticamente de lado a lado, y que permiten a este equipo quedarse fijo sobre cualquier superficie incluso si se encuentra en ángulo, un detalle muy de agradecer. En dicha parte inferior también podemos ver las rejillas de ventilación, la etiqueta de Windows y la de la propia marca, así como el indicativo del modelo, y en su parte frontal los dos altavoces.

Distribuidos alrededor de la tapa inferior, también encontramos los ocho tornillos que dan acceso al interior de la máquina para realizar los servicios de reparación que puedan ser necesarios.

Si pasamos ahora a su lado superior, destaca poderosamente el logotipo de la marca justo en el medio, mientras que en la parte inferior (considerada esta como la que toca a la bisagra de apertura) podemos apreciar como la carcasa se pronuncia hacia afuera en una suerte de estilizada duna en medio del desierto de la tapa. Si bien su objetivo no se explicita, a mí me ha ido muy bien para transportar el equipo entre habitaciones, por lo que he deducido que su función es, precisamente, esta misma: la de facilitar asirlo en la mano mientras deambulamos con él por la oficina.

En el lateral izquierdo encontramos el jack de carga, dos puertos Thunderbolt 4/USB-C, la salida de vídeo HDMI, un puerto USB 3.2 de tipo A, el minijack para la conexión de unos auriculares (con posibilidad de conectarle un combo auriculares/ micro), y los indicadores LED de batería y alimentación de corriente.

Si pasamos ahora al lado opuesto, encontramos el anclaje para un candado de seguridad, el conector Ethernet, un puerto USB 3.2 de tipo A, una ranura para tarjeta microSD y, en el modelo analizado, una ranura para tarjeta Smart Card. Algunos otros modelos poseen también en este lado un slot para tarjeta SIM, lo que les dota de conectividad inalámbrica a redes celulares, pero no ha sido el caso del modelo analizado.

Pese a que el Tecra A40-J-17L incluye un cargador dedicado con el correspondiente puerto en formato`barril´, también podemos alimentarlo a través de cualquiera de los dos puertos Thunderbolt/USB-C, lo que incluye tanto la posibilidad de utilizar enchufes de pared, como docks, o baterías portátiles, lo cual otorga flexibilidad al usuario, ya que puede transicionar entre distintos espacios sin tener que llevar consigo el cargador.

Cuando lo abrimos podemos apreciar que el margen inferior de la pantalla es muy amplio, mientras que los laterales son bastante finos, y el superior es un poco más amplio por alojar la webcam, la cual, por cierto, cuenta con un cierre físico que permite al usuario preservar su privacidad, algo muy importante en entornos corporativos.

Una de las cosas que más me gustan de los ordenadores Dynabook son sus teclados, por lo general muy cómodos y resistentes. El presente modelo no es una excepción a esta regla, algo en lo que profundizaré más adelante.

En la parte superior izquierda del trackpad podemos observar el sensor de lectura de la huella digital para identificación biométrica. El botón de arranque lo encontramos en la parte superior derecha, ligeramente hundido, lo que dificulta alguna vez pulsarlo bien, pero es garantía para evitar pulsaciones erróneas.

La bisagra que une la parte de la pantalla con todo el resto del hardware es única y alargada, permitiendo al equipo abrirse un máximo de 180 grados, es decir, dejarlo plano sobre una mesa.

Pantalla
Si bien en un primer vistazo la pantalla de este ordenador puede parecernos uno de los aspectos más flojos en comparación con otras máquinas de características similares pero de otras marcas, debemos detenernos un momento a pensar sobre el mercado al que Dynabook dirige sus ordenadores y, entonces, entenderemos que lo que aparentemente es su debilidad, se convierte en realidad en su fortaleza. Porque si bien no es tan brillante y viva en comparación con otros tipos de pantalla, es muy cómoda a la vista, lo que repercute en que, tras muchas horas de trabajo, no sintamos molestias en los ojos.

Solamente un dato para la comparación: habitualmente, trabajo con un Chromebook que dispone de una pantalla multitáctil IPS con retroiluminación LED, la cual es notablemente más brillante que la de este Tecra. Tanto a primera hora de la mañana como a última de la tarde, debo ponerlo en modo nocturno ya que, si no, me molesta mirar a la pantalla, y no es cuestión de rebajarle la luminosidad. En cambio, con este Dynabook no he necesitado activar el modo de iluminación nocturno en ningún momento, pese a que Windows ofrece dicha posibilidad.

Algo que he echado en falta en este ordenador es que la pantalla sea táctil. Digo esto porque una vez uno se acostumbra a trabajar con una pantalla táctil en un ordenador, no hay vuelta atrás gracias a lo práctico que le resulta.

Entiendo, no obstante, que seguramente contar con capacidad multitáctil forzaría un cambio de tecnología en la pantalla como, por ejemplo, la antes mentada IPS con recubrimiento de cristal, que pasaría a no ser tan cómoda para la vista. Así pues, en este apartado, le doy una nota sobresaliente a Dynabook por haber pensado con la cabeza y no haberse dejado llevar por la espectacularidad de otras tendencias del mercado, que son las que seducen a los consumidores finales.

Rendimiento
Con la combinación de hardware que monta, y el sistema Windows 10/11, no hay manera que el presente ordenador ofrezca un mal rendimiento, es algo simplemente imposible, por lo que siempre quedaremos satisfechos. Pero ¿hasta qué punto?

No soy partidario de remitirme a los fríos números de los tests de hardware, sino de comentar las impresiones personales que me han surgido durante los días que lo he utilizado. Y mi experiencia lo que me indica es que, a nivel de trabajo de ofimática y navegación por internet es solvente, pero simplemente se queda en eso.

He trabajado principalmente con los navegadores Google Chrome y Microsoft Edge, utilizando la suite ofimática online de Google y diversas herramientas menos conocidas como el CRM Escio de Esolvo, o la plataforma de comunicación omnicanal Mensagia, todas ellas plataformas SaaS y que, por lo tanto, ejecutan su mayor carga de trabajo en el lado del servidor, pero que como utilizo habitualmente en otras máquinas, me permiten comparar varios parámetros de funcionamiento y rendimiento. Y lo cierto es que trabajar con este PC es más fluido que hacerlo con algún Chromebook similar en especificaciones (aunque un poco anterior en el tiempo).

Los 8 GB de memoria RAM son el aspecto más limitador; aunque adecuados para un procesador como el Core i5 que monta esta máquina de principios de 2022, aunque tal vez hubiera sido una mejor decisión equiparlo directamente con 16 GB. No obstante, también tenemos que contar con que en el mercado profesional cada vez se emplean más las aplicaciones que funcionan a través de un navegador web, por lo que su carga principal de trabajo se da en la parte del servidor.

Si pasamos al software instalado en local, su rendimiento es correcto, aunque a poco que la aplicación utilizada sea un poco pesada, los 8 GB antes mencionados harán quedar en cierta evidencia a esta máquina. He podido probarlo incluso con un videojuego que es medianamente exigente en gráficos, Project Reality, y se ha comportado de una forma excelente pese a no tener una gráfica NVIDIA o AMD con memoria propia, sino una Intel Iris Xe que utiliza una parte de la memoria RAM principal.

La transferencia de datos, probada con grandes volúmenes a través de los puertos USB, es rápida, lo que evidencia también un buen rendimiento de la unidad de almacenamiento interna. Equipado con una tarjeta inalámbrica Wi-Fi 6, la conectividad es fluida y muy rápida.

FOTO PRINCIPAL.: Tecra A40-J-17L.

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