En 1992, el escritor estadounidense Neal Stephenson publicó la novela Snow Crash, donde mencionaba por primera vez un concepto que dejó de ser ciencia ficción hace varios años: el metaverso. Stephenson narra en su obra la historia de un joven que en la vida real es repartidor de pizza, mientras ...
En 1992, el escritor estadounidense Neal Stephenson publicó la novela Snow Crash, donde mencionaba por primera vez un concepto que dejó de ser ciencia ficción hace varios años: el metaverso. Stephenson narra en su obra la historia de un joven que en la vida real es repartidor de pizza, mientras que lleva en paralelo una vida virtual como samurái que lucha contra la droga. Y no solo eso. Stephenson fue un visionario de muchas maneras, introduciendo también ítems como el dinero electrónico o gafas para entrar en esos universos.
Ahora todo eso es realidad, sobre todo desde que se popularizó cuando Marck Zuckerberg, CEO y cofundador de Meta (antes Facebook), comunicaba en octubre de 2021 una gran apuesta de la red social hacia el metaverso. Compuesto por `meta´, que proviene del griego y significa "después" o "más allá" y` verso´ un término que hace referencia a "universo", este concepto tan abstracto se refiere a un nuevo ecosistema virtual y tridimensional (3D), donde los usuarios pueden interactuar entre ellos, trabajar, jugar, estudiar o realizar transacciones económicas, entre muchas otras posibilidades.
La realidad virtual y la realidad aumentada se complementan
Todo, de forma descentralizada. Sin embargo, no sería posible sin los avances de la realidad virtual (VR) y aumentada (AR), una tecnología que comenzó en el siglo pasado y que hoy en día está, aunque no seamos conscientes, absolutamente integrada en nuestro día a día. Pero, ¿en qué se diferencian? Lo principal es que la RV crea un mundo virtual completamente nuevo en el que los usuarios pueden sumergirse y explorar, mientras que la AR agrega elementos virtuales al mundo real.
O, dicho de otro modo, la realidad virtual construye el mundo en el que nos sumergimos a través de unos dispositivos específicos. Es totalmente inmersivo y todo lo que vemos forma parte de un entorno construido artificialmente a través de imágenes, sonidos, etc. Por otro lado, en la realidad aumentada, nuestro propio mundo se convierte en el marco dentro del cual se sitúan los objetos, imágenes o similares. Todo lo que vemos está en un entorno real y puede que no sea estrictamente necesario llevar unas gafas.
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