Con una gran penetración en sectores como el del aprendizaje escolar, entretenimiento, ofimática, etc., las tablets vivieron su época dorada durante el pasado año 2020, cuando se convirtieron en el dispositivo por excelencia en el ámbito doméstico. La pandemia provocó que tanto el trabajo como la formación se mudaran de las oficinas y las aulas a los propios hogares, de tal manera que el mercado de las tablets vio como sus productos eran los más demandados. De hecho, según la consultora Canalys, las ventas de tablets aumentaron ese año un 28% con respecto a 2019. Lo que supuso, como señalábamos anteriormente, que los fabricantes vendieron cerca de 160 millones de unidades, siendo el cuarto trimestre del año el más prolífico en cuanto a número de ventas, con un total de 52,8 millones de unidades, la cifra más alta lograda. Unos dispositivos electrónicos que han sido considerados un gran soporte para los usuarios, incluso en esta nueva versión laboral del trabajo híbrido.

Porque la tecnología proporciona un sinfín de comodidades que, en gran medida, explican su triunfo y su elevada aceptación por parte de los usuarios. Entre otras cuestiones porque, hoy en día, es posible poder ver y disfrutar de nuestras películas o series favoritas descargándolas en una tablet, de tal manera que podemos verlas cuando vamos de viaje, estamos en el transporte público o cuando salimos de vacaciones, de tal manera que podemos decir que las tablets son uno de los dispositivos de ocio más completos. A su vez, tenemos que recordar que muchos usuarios comenzaron a utilizar tablets más potentes para sustituir el uso del portátil. Pero una vez que la sociedad volvió a su rutina, tras el confinamiento, la tablet quedó relegada a un segundo plano debido al auge de los smartphones, que irrumpieron el mercado con novedosas funcionalidades, entre ellas, la incorporación de pantallas cada vez más grandes. Así, el último estudio de la consultora IDC señaló que, en el primer trimestre de 2023, las ventas de tablets cayeron un 20% respecto a los datos de 2022, con un envío cercano a los 30,1 millones de unidades. En este caso, los particulares, que suponen más del 80% del negocio total, han contribuido que no se produjera un desplome total de las ventas, mientras que las ventas a grandes empresas cayeron un 52% y a las pymes un 20%. Por su parte, el segmento educativo no ha resistido y las ventas han descendido un 32%. Unas cifras que ponen de manifiesto que el mercado se ha estabilizado y que el boom por este tipo de productos parece que está llegando a su final. Aunque es obvio que no desaparecerán, porque sigue habiendo un amplio segmento de la población que sigue considerando necesario y útil el uso de la tablet.
 

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