El sector fotográfico no deja de reinventarse, tras haber pasado por una época un tanto olvidado debido a la proliferación de teléfonos móviles y smartphones con las últimas innovaciones tecnológicas aplicadas a la fotografía. La inmediatez del momento y la posibilidad de subirlo, en un segundo, a las redes sociales, ...
El sector fotográfico no deja de reinventarse, tras haber pasado por una época un tanto olvidado debido a la proliferación de teléfonos móviles y smartphones con las últimas innovaciones tecnológicas aplicadas a la fotografía. La inmediatez del momento y la posibilidad de subirlo, en un segundo, a las redes sociales, sumió al ámbito de la fotografía y sus complementos en una especie de ostracismo nada merecido. Porque la fotografía sigue teniendo esa aura de misterio y curiosidad a partes iguales: a través del objetivo y las lentes tenemos acceso a un mundo que el ojo, por sí mismo, no ve. Y toda esa combinación le otorga un halo de atracción difícil de conseguir.
Por ello, la fotografía ha vuelto a destacar y a convertirse en una afición cada vez más popular, con un mayor número de personas que dedican su tiempo a mirar el mundo que nos rodea a través del objetivo de la cámara. Un pasatiempo que divierte y estimula la creatividad, a la vez que permite tener otra perspectiva de las cosas. Con estas innovaciones en curso, la fotografía digital sigue su trayectoria imparable, abriendo nuevas posibilidades y oportunidades para los entusiastas de la imagen, ya que muestra un paisaje más perfecto y depurado, en donde la inmediatez y la posibilidad de corregir los errores está al alcance de todos. Mientras se dispone de imágenes de mayor calidad, precisión en el color y nivel de detalle, incluso en condiciones totalmente adversas. Pero, en este mundo digital y futurista, los carretes y las cámaras analógicas vuelven al panorama actual, demostrándonos que es posible observar el mundo tras el visor con sus defectos e imperfecciones. No hay nada más bonito que ver lo que nos rodea de una forma pausada y tomarnos el tiempo que consideremos oportuno antes de inmortalizar el momento. Por eso nos surge la eterna pregunta: ¿Qué es mejor, la fotografía digital o la analógica? Un dilema que, como tantos otros, tiene sus ventajas y desventajas, ya que, aunque se trata de opciones totalmente diferentes, cada una tiene su encanto, sus defensores y sus detractores. Sin duda, la principal ventaja de la fotografía digital es que se tiene un mayor control del trabajo final, puesto que es posible ajustar los parámetros de la cámara para obtener el resultado perfecto en cada momento.
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