Cuando la vida útil de un dispositivo concluye, los usuarios deben buscar un nuevo aparato que lo sustituya. Este mismo paso se repite cuando tienen que equipar por primera vez la vivienda que han comprado. Preguntados sobre qué es lo que más valoran a la hora de elegir un modelo frente a otro, casi un 90% reconoce que este debe ser fácil de utilizar, siendo la placa de cocina, las lavadoras y los lavavajillas los más asequibles en cuanto a funcionalidad. Así lo manifiestan el 60, el 17,43 y el 13,65 % de los encuestados en el informe `Hábitos de uso del electrodoméstico en España´, elaborado por Fagor Electrodoméstico. La sostenibilidad es otro de los aspectos a tener en cuenta: el 84,62 % de los participantes en la muestra pertenecientes a la comunidad autónoma de Cantabria, el 71,47 % de los entrevistados de Canarias y el 64,91 % de los presentes en Galicia así lo ratifican. Atendiendo al desembolso que supone renovar una cocina, España se sitúa como el país en el que es más accesible esta práctica si se compara con otros países colindantes como Austria, Italia o Reino Unido. A nivel nacional habría que destinar de media 4.489,59 euros, un valor que goza de estabilidad desde el año 2022, ya que su precio apenas se ha modificado. Tan solo se ha producido un ligero descenso del 0,02 % entre el periodo comprendido entre marzo de 2022 y marzo de 2024. Pero si se atiende a otros países externos, la subida es más que evidente.

Por ejemplo, en Austria ha ascendido un 22 % (situándose por encima de los 6.700 euros), mientras que, en Italia y Reino Unido, lo ha hecho un 18 (hasta los 5.424,64 euros) y un 9% (casi 5.000 euros), respectivamente, tal y como refleja el informe llevado a cabo por idealo.es, el comparador de precios en línea, que se ha encargado de analizar el precio medio de un kit de electrodomésticos para la cocina, en el que se incluyen "lavadora, horno, lavavajillas, campana extractora, frigorífico, placa de cocina, microondas, tostadora, cafetera de cápsulas e italiana, freidora de aire y robot de cocina". En cuanto a la predisposición de gasto y de ahorro en los hogares españoles, un estudio reciente de GfK Euro Clima de Consumo pone sobre la mesa que aunque sí existe cierta mejoría en lo que respecta a las expectativas económicas, quizás no es una señal suficiente como para reflotar el consumo, ya que a pesar de que las perspectivas de ingresos de los consumidores, su intención de gasto y ahorro han mejorado ligeramente en abril de este año, no son todavía tan positivas como para reactivar de nuevo el consumo: "Por segundo mes, la población percibe de manera diferente la economía del país y su economía doméstica. En abril, las expectativas económicas y de precios se mantuvieron estancadas, influenciadas posiblemente por el repunte de la inflación al 3,3 % por la eliminación de las rebajas fiscales en energía y gas, lo que ha podido afectar la percepción sobre la economía nacional. A nivel doméstico, mejoraron las expectativas de ingresos y la intención de gastar y ahorrar, pero siguen siendo valores negativos o muy cercanos a cero. ¿La buena noticia? Las familias perciben mejorías. ¿La mala? No son suficientes para reactivar el consumo y mucho menos el ahorro", expone Antonieta Martín, responsable del estudio en España.

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