37 La digitalización ha transformado la vida cotidiana, facilitando la comunicación y el acceso a servicios y actividades de entretenimiento. Sin embargo, no todos los grupos de la población se benefician de la misma manera de estos avances, especialmente aquellas personas que, por razones de edad, discapacidad o falta de alfabetización digital, enfrentan dificultades para acceder a las nuevas herramientas tecnológicas. En este sentido, el envejecimiento de la población mundial presenta el desafío de crear soluciones accesibles, inclusivas y fáciles de usar para los adultos mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la proporción de personas mayores de 65 años en el mundo pasará del 10 % al 16 % en 2050, lo que significa que habrá casi el mismo número de personas mayores que de niños menores de 12 años. Este aumento de la población de edad avanzada, combinado con una creciente digitalización de los servicios y la comunicación, subraya la necesidad urgente de diseñar dispositivos tecnológicos que sean funcionales y adecuados para ellos. Para abordar esta necesidad, diversas marcas tecnológicas han lanzado productos innovadores que buscan mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, facilitando su comunicación y reduciendo las barreras que los excluyen de la esfera digital. La creciente exclusión digital A menudo, el avance de la tecnología es percibido por las personas mayores como una barrera, más que como una herramienta útil. Muchos de ellos se sienten excluidos de la era digital debido a la falta de habilidades para usar dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas, asistentes de voz y aplicaciones, lo que puede generar sentimientos de aislamiento y frustración. Tal como indica un informe de la Agencia Española de Protección de Datos (2024), la exclusión digital entre las personas mayores ha aumentado, afectando su capacidad para acceder a servicios que ahora solo están disponibles en línea, como la atención médica, los servicios bancarios o la comunicación con familiares y amigos. Este fenómeno tiene repercusiones significativas en su salud mental y emocional, pues se sienten desconectadas de su entorno social y se encuentran con limitaciones a la hora de acceder a servicios esenciales. A menudo, la falta de confianza en la tecnología, el desconocimiento de cómo usar los dispositivos o la incapacidad para adaptarse a la rápida La exclusión digital entre las personas mayores ha aumentado, afectando su capacidad para acceder a servicios que ahora solo están disponibles en línea Reduciendo la brecha digital La brecha digital no solo se refiere a la falta de acceso a dispositivos tecnológicos, sino también a la falta de conocimiento y a las barreras cognitivas o físicas que impiden el uso adecuado de las herramientas disponibles. Para reducir esta brecha, es necesario adoptar un enfoque integral que contemple varias líneas de actuación: • Alfabetización digital. Es esencial enseñar a las personas mayores a usar dispositivos como tabletas y teléfonos inteligentes. La capacitación debe incluir aspectos básicos como navegar de manera segura por internet, realizar videollamadas, configurar redes sociales y manejar servicios en línea (como la banca electrónica). • Aplicaciones y dispositivos amigables. Las interfaces deben ser simples, con botones grandes y claras opciones de navegación. Las aplicaciones tendrían que incluir textos grandes, colores contrastantes y funciones de búsqueda intuitivas para facilitar su uso. Asimismo, es importante que los dispositivos y plataformas estén diseñados para adaptarse a las necesidades cognitivas y físicas de las personas mayores, por ejemplo, mediante el uso de interfaces de voz. • Plataformas para la conexión social. Las redes sociales y plataformas en línea ofrecen una oportunidad única para que las personas mayores mantengan relaciones sociales. Servicios como Vincles BCN, una plataforma pública del Ayuntamiento de Barcelona, han demostrado ser eficaces para ayudar a los mayores a conectarse con su entorno social y familiar. • Alternativas no digitales. Aunque la digitalización ofrece grandes ventajas, no todos los mayores pueden usar dispositivos digitales. Por tanto, se debe garantizar que los servicios esenciales, como la atención médica o la gestión de trámites administrativos, sigan disponibles en formatos no digitales para aquellos que lo necesiten. Esta alternativa es crucial para evitar la discriminación digital. • Dispositivos para la seguridad y la salud. Además de los teléfonos móviles, existen otros dispositivos tecnológicos que pueden ser de gran ayuda. Los wearables (como relojes o pulseras de actividad), que miden constantes vitales, monitorizan la actividad física o envían alertas en caso de emergencia, son cada vez más comunes. • Accesibilidad y soporte técnico. Es fundamental ofrecer soporte técnico especializado y accesible para las personas mayores que tienen problemas con sus dispositivos o las aplicaciones. Esto puede incluir líneas de atención telefónica, servicios de asistencia a domicilio o incluso tutoriales en línea de fácil comprensión. evolución de las interfaces digitales los deja en una situación de vulnerabilidad. Por su parte, un reciente estudio de la marca española SPC sobre el uso de la tecnología entre personas mayores de 70 años ha revelado que el 78 % de los cuidadores perciben que las dificultades tecnológicas de los mayores afectan su integración social. A pesar de que más del 90 % de los mayores de 70 años en España tienen acceso a dispositivos tecnológicos, la mayoría no puede usarlos de forma autónoma, y 9 de cada 10 requieren ayuda para manejarlos. Aunque las llamadas
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