Electromarket_370

56 NT ELECTROMARKET análisis La movilidad personal se ha convertido en una alternativa indispensable en la transformación de las ciudades hacia un modelo más sostenible. Así, la creciente popularidad de estos vehículos responde a la necesidad de reducir la congestión del tráfico, minimizar la contaminación ambiental y ofrecer opciones de transporte más accesibles. En este contexto, el uso de patinetes y bicicletas eléctricas ha proliferado, y con ello también los retos asociados a la seguridad vial, regulaciones, infraestructura urbana y sostenibilidad ambiental. Actualmente, muchas ciudades han adoptado sistemas de micromovilidad compartida que permiten a los ciudadanos utilizar patinetes y bicicletas eléctricas sin necesidad de adquirirlos. Estos sistemas de alquiler han revolucionado la manera en que las personas se desplazan en trayectos cortos, ofreciendo una alternativa eficiente a los vehículos privados y al transporte público. En este sentido, las regulaciones han evolucionado para garantizar la seguridad de los usuarios y peatones: en muchas ciudades se han implementado normativas que establecen límites de velocidad, zonas restringidas y la obligatoriedad del uso de cascos. También se está promoviendo el registro y la identificación de los VMP para mejorar su gestión en el tráfico urbano. La infraestructura también ha sido un factor clave en la adaptación de la movilidad personal a las ciudades modernas: se han desarrollado carriles exclusivos para bicicletas y patinetes, estaciones de carga y zonas de aparcamiento destinadas específicamente para estos vehículos. La expansión de estas infraestructuras es fundamental para garantizar un uso ordenado y seguro de los VMP en el espacio público. En cuanto al impacto ambiental, los VMP han demostrado ser una alternativa sostenible frente a los vehículos tradicionales. La reducción de emisiones de CO2 y la disminución del tráfico han contribuido significativamente a la mejora de la calidad del aire en muchas ciudades. Sin embargo, el impacto ambiental de la fabricación y el desecho de baterías sigue siendo un tema de preocupación, por lo que la industria trabaja en el desarrollo de materiales reciclables y tecnologías de baterías más sostenibles. En evolución De cara al futuro, la integración de los VMP con el transporte público se perfila como una tendencia clave. Muchas ciudades están promoviendo estaciones de intercambio donde los usuarios pueden combinar patinetes y bicicletas con autobuses, trenes o metros para realizar desplazamientos más eficientes. La tecnología también jugará un papel fundamental en la evolución de la movilidad personal: se están desarrollando sensores de proximidad, frenos automáticos, conectividad con aplicaciones móviles y baterías de carga rápida para mejorar la seguridad y el rendimiento de estos vehículos. Además, el uso de inteligencia artificial permitirá una mejor gestión de flotas y optimización de rutas. La regulación continuará evolucionando para adaptarse a las necesidades de la movilidad urbana. Se espera que en los próximos años se implementen normativas más claras sobre la calidad de los VMP, requisitos de seguridad para los usuarios y reglas específicas para la circulación en diferentes entornos urbanos. Asimismo, las ciudades seguirán invirtiendo en infraestructura para garantizar la integración de estos vehículos en el sistema de movilidad existente. Otro aspecto relevante en el futuro de la movilidad personal es la electrificación y el uso de energías renovables. A medida que las tecnologías de baterías mejoran y los costos disminuyen, la electrificación de los VMP será más accesible. Se espera que las estaciones de carga alimentadas con energías renovables se expandan para garantizar una movilidad sostenible. También se está explorando el desarrollo de infraestructura inteligente, como semáforos adaptativos para bicicletas y patinetes, sistemas de monitoreo del tráfico en tiempo real y redes de carga rápida. Los avances en movilidad autónoma también podrían extenderse a los VMP. Empresas tecnológicas están investigando la posibilidad de desarrollar patinetes y bicicletas con tecnología de conducción autónoma que permitirán su recolocación automática en zonas de alta demanda. Este tipo de innovaciones podrían optimizar la gestión de flotas y mejorar la disponibilidad de estos vehículos en las ciudades. Normativa española referente a los VMP Cada Ayuntamiento puede regular, de una manera específica, la circulación de VMP (entre ellos, los patinetes eléctricos). Sin embargo, todos los usuarios deben cumplir unas condiciones mínimas: 1. Los vehículos de movilidad personal, tal y como establece el Reglamento General de Vehículos, son vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos que pueden proporcionar al vehículo una velocidad máxima por diseño comprendida entre 6 y 25 km/h. Solamente pueden estar equipados con un asiento o sillín si están dotados de sistema de autoequilibrado. Esta definición excluye a los vehículos para personas con movilidad reducida. 2. La DGT ha elaborado el ‘Manual de características de los vehículos de movilidad personal’, un documento normativo en el que se recogen las características técnicas que deben cumplir los VMP para poder circular por las vías y la obligación de que dichos vehículos hayan sido certificados por los organismos competentes. 3. No pueden circular por las aceras y tienen prohibida la circulación en vías interurbanas, travesías, autopistas, autovías o túneles urbanos. 4. Sus conductores están sometidos a las mismas tasas máximas de alcohol permitidas por la Ley de Seguridad Vial, así como a la prohibición de conducir con presencia de drogas en el organismo. 5. Tampoco pueden llevar auriculares puestos, ni hacer uso del móvil o cualquier otro dispositivo mientras van conduciendo. 6. En la reciente Ley de Tráfico, se establece la obligación, a los conductores de VMP, de utilizar casco de protección en los términos que reglamentariamente se determine. La DGT está ya trabajando en este desarrollo normativo de forma conjunta con los ayuntamientos y con los actores implicados. Fuente: DGT

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